...Nuestra biblioteca está en continuo movimiento o, como diría Heráclito, en perpetua fluidez. El agujero que dejan los libros prestados nos obsesiona y disminuye la realidad de todos los demás anulando su importancia. Sólo queremos saber cuál es ese libro que tan obviamente falta, que tal vez nunca recuperaremos y quizá nos era indispensable. Así, el vacío, la nada, se hace mucho más real que la realidad. Otras veces, lo que ocurre es que sobran libros. El estante se ha encogido y no podemos devolver a su sitio el libro que tomamos para llevarnos a la cama apenas la noche anterior. Entonces nos invade una secreta sensación de falta de espacio... si el espacio dejado por un libro, que algún amigo sustrajo de nuestro librero sin pensar en las consecuencias de su acto, puede anular la presencia de todos los demás; si, por otra parte, los libros también son capaces de expanderse y anular el espacio de otro de ellos haciéndolo inexistente... ¿cuál es la verdadera dimensión de la realidad...? Entonces, es su ausencia más propicia .... que su presencia. Pero, por otra parte, es su presencia la que ha hecho posilbe... que esa ausencia se me muestre como una realildad que no está vacía sino que se llena con la presencia de su ausencia... ¿esa ausencia llena de presenciano es el motor de una nostalgia irresistible que clama por su presencia? ¿Cuál de las dos cosas debemos elegir?
Desconsideraciónes/Juan García Ponce/Joaquín Mortiz/1968
2 comentarios:
hey señor que bueno que paso por el blog, y por supuesto qu eme la puede pedir la busqueda nada mas dime de que blog te la hago y listo!
Cómo se complica el bueno de Juan, si eso batallaba para elegir un nuevo librero ya me imagino con cosas más complicadas.
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