marzo 23, 2010

Contra los Amantes

Se creen, para empezar, la encarnación
De algún poema de Sabines -ya sabemos
Que algunos poemas de Sabines se creen, en efecto,
Poemas de Sabines- y tanto a Sabiens como a ellos
La poesía se les vuelve imprescindible.
En la sala, frente al trago propiciatorio,
Junto a la hormigueante certeza de que en breve
Los espera el ascenso -o el pase horizontal-
A la recámara, los amantes se bajan del sillón
Y zanjan la mesita de por medio; doblan el libro
Como quien tiene un cómic en las manos
Y dicen oye esto (y añaden en voz alta
Los más bravos, y los mas reservados,
En silencio): como si yo lo hubiera escrito
Para ti.
Se orientan al oído del amante
Y buscan en la lámpara
Los quince o veinte centímetros de luz,
Y en la medida exacta se inclinan sobre el libro
-El rojo o el azul: quién no lo tiene
En cualquiera de sus formas- y se dicen esas cosas
Bochornosas, se postulan amorosos
Irredentos, los que a veces
Encuentran alacranes en la colcha
O fuego en la pijama, y otras cosas
No menos bochornosas.
Y no contentos ambos,
Musitan con el disco su bolero no aprendido
Como puente musical hacia el poema previo
Sobre los dos que se penetran -o algo así: quién no lo sabe,
Aunque nadie lo sepa como ellos-
Y creen que lo saben todo, y ante todo
Se saben creyentes de la poesía:
Como sirve la poesía para expresarse, y otras cosas
Igualmente bochornosas.
Luego se abrazan y hacen otras cosas
Que otra gente hace sin mayores aspavientos
Pero aquí estamos en albores
O en mediodías de amores
Y cada cosa que se haga
Tiene una magia privada
Y especial, como en algunos
Poemas de Sabines. En ellos buscan
su tema de bolero, o su mariachi,
Y en cada bolero buscan un poema
Que les ratifica que lo saben todo
Y los devuelve al libro de Sabines
Que a su vez los devuelve a la espiral
Que sube desde el disco de boleros
-Y no hay un fin.
Por eso, Amor, en las siguientes
incrusiones por los reinos de las salas
Como inminencias eróticas, dejemos
Ala poesía bien amarrada al escritorio
Y a los discos bien metidos en sus cajas
Para que nada estorbe las labores
De todos los amateurs de la recámara.

Luis Miguel Aguilar, El minuto difícil Poemas Reunidos 1979-2007, UNAM, 2009

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