"Estábamos ya a finales de junio, y hacía bastante calor; habíamos difundido desde hacía unos diez años las primeras voces de un caso de peste en los reales españoles. En la ciudad empezaban a escasear las municiones, a los soldados distribuíansles ya sólo catorce onzas de pan muy negro, y para conseguir una pinta de vino (que es menos de media azumbre) de los casaleses había que pagar ya tres florines, que son casi doce reales. Habíanse alterado Salazar en la ciudad y Saleta en el campo para tratar de la ración -así le llamaban al rescate- de oficiales perdidos por una parte y por otra en el transcurso de los choques, y los rescatados debían obligarse a no volver a tomar las armas. Hablábase otra vez de aquel capitán en ascenso en el mundo diplomático, mazzarini, a quien el Papa había encomendado la negociación"
Extraído desde La isla del día de antes Umberto Eco
Editorial de Bolsillo 587 pp.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario