Ir a toda prisa desde El Ángel de la Independencia hasta Coyoacán en transporte público... un mal necesario...
Aguantarse el calor y las preguntas lambisconas de cajón en las conferencias... una calamidad...
Que Oscar de la Borbolla me diga, en cuanto le extiendo un libro para que me lo dedique
-Tú eres escritora, verdad?
NO TIENE PRECIO.
(Bueeeeno, claro que el libro era éste, eso pudo influir un bastante, jajajaja)
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